¡Y llegó el final! Durante años se ha vivido una economía ficticia, alimentada por los bajos tipos de interés, que alimentaban actividades poco competitivas, en la mayoría de los casos. Desde el año 2.003 algunos economistas venían alertando del peligro de este modelo de crecimiento; pero ni los políticos ni los consumidores estaban dispuestos a escuchar a los aguafiestas. Ahora que el globo se ha deshinchado, que se verifica, una vez más, que el crecimiento económico sostenido se basa en el esfuerzo, sólo caben dos posturas: la insensata, no reconocer los errores y tratar de echar  las culpas a otro. La sensata, analizar los fallos y poner los medios para corregirlos.
Lo malo no es el fracaso, sino permanecer en él negándose a superarlo. Con el fin de proporcionar a los empresarios una herramienta para ese necesario análisis que fije las coordenadas de su situación empresarial,  ahí van algunos de los errores más frecuentes que en mi experiencia profesional he detectado en pequeñas y medianas empresas.
1.- Considerar la contabilidad como una obligación formal, no una herramienta de gestión.-  Una contabilidad bien llevada, con cierres mensuales, o al menos trimestrales,  es una fuente de datos imprescindibles para la gestión de la empresa.  La evolución de las ventas, de los saldos de clientes, del almacén, los plazos medios de cobros y pagos a clientes y proveedores, qué productos aportan más margen, cuál es la productividad y muchos más datos imprescindibles para tomar decisiones, están contenidos en la contabilidad. La misión de la persona –interna o externa- que lleva la contabilidad no es sólo “meter apuntes”, sino extraer de ellos la información necesaria para proporcionársela al gerente.
2.- Tener una visión estratégica muy a corto plazo.- Hay quien se contenta con tener aseguradas las ventas de los próximos meses. Realmente eso es importante; pero aún lo es más tratar de ver qué hay más allá de esos meses. El futuro no aparece de repente, se está gestando ahora. Sin ir más lejos ya se puede prever que la crisis actual, que se promete honda y larga, va a modificar los hábitos de consumo. ¿Cómo va a afectar ese cambio de modelo a su empresa?, si aún no lo ha pensado trate de hacerlo.
3.- Centrarse en producción y ventas, descuidando otras áreas de gestión.- Indiscutiblemente si no se vende (y se cobra) todas las recomendaciones sobran. Vender es necesario; pero no suficiente. Si no se dedica tiempo y esfuerzo (también esfuerzo económico) al área administrativa; si no se planifica la formación permanente del personal, o la asistencia a ferias o reuniones del sector; si no se cuida la imagen de la marca; si no estudian y mantiene actualizados, buscando ayuda externa en caso necesario, los contratos comerciales, y así podríamos seguir con más procesos, podemos decir que cuánto más venda, más problemas va a tener.
4.- Deficiente cultura bancaria (se negocia mal con los bancos).- El banco es un proveedor de servicios financieros. Las negociaciones con bancos hay que prepararlas con el mismo esmero y conocimiento del tema que las que se realizan con cualquier otro proveedor o cliente. No corren buenos tiempos ahora. Los bancos, también afectados por la crisis, necesitan vender sus servicios –de eso viven- pero han endurecido sus condiciones extraordinariamente. La solución ya no es tomar café con el director de la sucursal y llevarle el “balance para bancos” que nos han preparado. Ahora –y siempre- hace falta presentar, y explicar, los balances, presupuestos de tesorería y previsiones para los próximos ejercicios.
5.- Balance y Cuenta de Resultados “contaminados” por anotaciones ajenas a la actividad empresarial.- Examine con atención sus estados contables. Es posible que en el Activo haya algún inmueble, un piso o  quizá un apartamento en la playa, que no esté realmente afecto a la actividad empresarial. Ese inmovilizado puede que esté afectado por una hipoteca que la empresa paga puntualmente. Tampoco sería extraño encontrar el Mayor de Personal alguna empleada que realmente esté prestando sus servicios en la casa familiar del empresario. No entro ahora a valorar la licitud o no de estas situaciones; pero mi mejor consejo es evitar estas prácticas que pueden complicar el normal desenvolvimiento de la empresa en el momento menos oportuno.
Y el mes que viene más.
11.11.08

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