La responsabilidad Social Corporativa ¿Esencial o Accesoria?

La Responsabilidad Social se ha convertido en una especie de McGuffin empresarial -ese tema que parece ser importante porque hace que los personajes avancen en la trama, pero que no tiene mayor relevancia en la trama en sí-. Proliferan los congresos, estudios, revistas y las obligaciones formales. Los teóricos de la empresa (los empresarios quizá menos) debaten en todos los foros sobre la Responsabilidad Social de la empresa, su presente, su futuro, sus consecuencias y la forma de implementarla.

Tomando un poco de perspectiva en este torbellino de iniciativas,  creo que se pueden distinguir dos grandes tendencias a la hora de abordar la Responsabilidad Social Corporativa: la primera, dominante, considera a la RSC como un conjunto de actividades complementarias, añadidas al quehacer de la empresa, con una orientación más o menos solidaria, que debe servir para atender la deuda que la empresa tiene con la sociedad, de la que obtiene sus beneficios; para dotarla de una mejor imagen y, también, para aumentar sus beneficios, ya que, por esa mejora de imagen, se hará más atractiva al mercado.

Hay otra corriente, menos pregonada, que entiende que la RSC no es una actividad añadida, sino una consecuencia de la actuación propia del empresario. Si el empresario se ha cultivado como persona, asumiendo una serie de valores que se concretan en una ética que, a su vez, conformará una cultura empresarial,   tendrá una visión global de la empresa que  llevará a  ésta a crear valor no sólo en lo económico, sino también en las personas. En ese contexto surgen de modo natural actuaciones asimilables a la Responsabilidad Social, aunque quizá no haya oído hablar de ella.

Esta segunda es la forma adecuada de abordar el estudio de la RSC. Es más laboriosa, no reductible a datos empíricos, pero más cercana a la naturaleza propia de la persona. Este modelo no se impone desde las normas legales, ni desde las recomendaciones internacionales. Se impulsa desde la libertad personal entendida como factor de crecimiento, impulsada por la  voluntad y orientada por la razón.

Claro que esto supone un mayor esfuerzo  y  reflexión. Suele ser más fácil realizar actividades que puedan calificarse como de RSC e incluirlas en la Memoria Anual.

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