Una obligada revisión semántica

 

Ferdinand de Saussure es reconocido como padre de la lingüística del siglo XX  e inspirador de toda la corriente estructuralista, que trascendió el campo de la gramática, para dar lugar a toda un compleja  antropología. Sus teorías hoy ya resultan bastante superadas; pero siempre hay conservadores, normalmente de  izquierdas, que  se aferra a los viejos modelos, sin atreverse  a nuevos análisis que pongan en crisis sus esquemas mentales costosamente adquiridos.

Así asocian una serie de conceptos que “siempre” han estado relacionados: catolicismo-reaccionario-conservador-clasista,  frente a otros términos (¿o quizá habría que decir sintagmas?) también asociados entre sí, como progresista-laicista-popular-anticapitalista.

Ocurre, sin embargo, que las viejas vanguardias se han institucionalizado;  que el relativismo, la progresía y el eco-feminismo se han aburguesado y ya no se defienden en la calle, sino en  los despachos a golpe de subvención. Ahora lo transgresor y progresista es defender principios como la vida, la libertad, el respeto a la dignidad humana, a la intimidad de las personas, a la propiedad privada. Ahora el modelo revolucionario consiste en  partir de la reflexión de unos principios, para poder valorar la realidad social y actuar en consecuencia.

El ejemplo de Francia es elocuente. Un importante sector de la sociedad, quizá una mayoría,  se ve reprimida cuando intenta expresar su opinión contraria a los matrimonios homosexuales y su pretendido derecho a adoptar.  Se les reprime desde la burocracia de la progresía oficial. En España no van las cosas mejor. Cuando alguien opina de forma contraria al “pensamiento único”, se le acalla violentamente con el único argumento de que la Iglesia no tiene por qué opinar, sin llegar a entender  que la libertad de expresión personal es anterior.

Así que si usted es de los que piensa que los padres son quienes tienen el derecho primordial a educar a sus hijos; si está a favor de la vida; si cree en la familia; en la libertad de mercado; en la libertad de expresión; si no se deja arrastrar por el relativismo y mantiene su capacidad crítica; si ha elaborado y sostiene un modelo ético acorde con la  dignidad de la persona,  y algunas cosas más ¡bienvenido al progresismo!

 

 

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