Así sí

Un caso real: una pequeña empresa dedicada a prestar servicios a comunidades de propietarios –conserjería, vigilancia nocturna, jardinería, mantenimiento, etc- entra en dificultades. Retrasa pagos a la Seguridad Social y, poco después, tiene problemas para pagar con puntualidad a los trabajadores. Un caso más entre los miles que se producen semanalmente. El equipo de trabajadores asignado a una determinada comunidad, a la vista de la situación, no se lo piensa dos veces: sabe que los vecinos están contentos con su trabajo, así que,  después de hacer algunos cálculos y hablar con el presidente de la comunidad deciden abandonar la empresa ,  constituirse ellos en empresa y  continuar trabajando para ese mismo cliente. El empresario encantado de solucionar parte de su problema y ellos más encantados aún por haber salvado su puesto de trabajo.

Varias conclusiones: la primera que la excelencia del trabajo realizado por estos  trabajadores mientras eran empleados por cuenta ajena, les ha generado un prestigio profesional que han podido poner en juego en el momento en que ha sido necesario. Utilizando la  jerga  técnica podemos decir que ese trabajo bien hecho ha aumentado su “empleabilidad”.

Por otra parte han sabido reaccionar a tiempo y de la forma adecuada. De poco hubieran valido aquí huelgas y protestas. Identificado el problema  lo que urgía era encontrar soluciones, no culpables. Afortunadamente para ellos no se les ocurrió consultar a ningún sindicato.

Antes de tomar la decisión  habían identificado, a su manera pero con gran precisión, el problema de la empresa en la que estaban: había demasiada gente en la oficina, decían, y era cierto, ésta  tenía un exceso de costes fijos que lastraban el resultado. Buscaron ayuda para hacer un pequeño plan de negocio, eliminando  gastos no asociados directamente a la producción  y externalizándolos por un coste bastante inferior. Así sí salían las cuentas.

Y lo más importante: tuvieron el valor de asumir el riesgo de crear su propia empresa para crear, o mantener,  su puesto de trabajo. Comprendieron que la solución a los problemas pasa, antes de nada, por la responsabilidad de cada uno y que eso exige tomar decisiones libres, aceptando  las consecuencias de su decisión.

Ellos solos no van a sacar a España de la crisis; pero, al menos, han mejorado la situación de  sus respectivas familias.

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