¡Qué desilusión!, siempre pensé que las aventuras de Lucky Luke eran tan genuinamente americanas como el anuncio de Marlboro y resulta que era un personaje creado por el dibujante belga Morris, con textos del francés René Goscinny, el mismo de Tintín y Astérix. Las entrañables historias de Lucy Luke, una mezcla de parodia y homenaje al mítico lejano oeste.
En cualquier caso los tebeos del vaquero, siempre persiguiendo a los hermanos Dalton con su inteligente caballo, forman parte del imaginario de mi infancia. En las viñetas aparecía, a veces, la oficina del periódico local, con un lema que no entendía muy bien, “Independiente siempre, imparcial nunca”, y que ahora me parece importante y actual.
Sólo desde la firmeza en las convicciones se puede ser tolerante. Los intolerantes son los fanáticos. Pero una cosa es la tolerancia y otra la “imparcialidad”, el pretender situarse en un plano supuestamente superior sin comprometerse.
Hay que tomar partido, tener y mantener un modelo conceptual elaborado desde la libertad y la búsqueda honrada de la verdad. Eso significa desarrollar también la fortaleza necesaria para saber fundamentar, mantener y defender esas convicciones. Sin fanatismo, con la seguridad que da la coherencia interior.
Deja una respuesta