La curva de Laffer

Con el mes de septiembre comenzó la aplicación de los nuevos tipos del IVA, con los que –se supone- aumentarán los ingresos del Estado. Tengo mis dudas de que las cosas vayan a funcionar de forma tan simple. Más bien, pienso, que puede haber una disminución del consumo, Cuando el consumidor final sufra un aumento de los precios derivado del aumento del IVA en un  3% (lo que se traduce en un 2,54% de aumento en el precio final)  en el caso del tipo general, o un 2% en el tipo reducido (un 1,85% de incremento en el precio). Eso sin contar sin contar los productos o servicios,  como cosmética, cines, o material escolar, que pasan del tipo reducido del 8% al general del 21%, es decir que el sufrido espectador o usuario de cosmética y perfumería, o los padres con niños en edad escolar, tenga que pagar un 12,03% más por estas compras, ¿cree usted que mantendrá el mismo nivel de consumo o, más bien,  lo disminuirá hasta compensar, al menos, la subida? Si esto es así el pretendido aumento de recaudación puede quedar en nada. Peor aún, puede ser negativo ya que esta nueva disminución del consumo afectará a las ventas de las empresas y, por consiguiente a sus beneficios -con lo que disminuirán los ingresos por el Impuesto de Sociedades- y al empleo –reduciéndose, aún más, los ingresos por las rentas del trabajo, el IRPF-.

Esta relación tan sencilla e intuitiva es la que representó Arthur Laffer, en los años setenta, en la curva que incluyo más arriba. En el eje de abscisas (horizontal) se representan los tipos impositivos, en el de ordenadas (vertical) la recaudación obtenida por el Estado. Se observa cómo a medida que aumentan los tipos impositivos va aumentando la recaudación; pero llega un momento en el que el aumento de tipos, más allá de lo que los contribuyentes estiman soportable,  provoca el efecto contrario: la disminución de ingresos. Se puede producir entonces una especie de huída hacia delante, por parte del Estado, en la que sigue y sigue aumentando impuestos para compensar la caída de ingresos, que, sin embargo, no cesan de disminuir hasta  niveles que harían inviable el sostenimiento mismo del Estado.

No sé en qué punto exacto del curva nos encontramos –uno de las críticas a Laffer es, precisamente, la dificultad para expresarla en forma de ecuación universal-, pero parece claro que ya hemos rebasado, con creces, el punto de equilibrio en el que los ingresos son los óptimos en función del tipo impositivo medio. Lo que es peor: da la sensación de que hemos entrado  en la dinámica de seguir subiendo impuestos para tratar de compensar una caída de ingresos que se acelera con cada nueva subida.

Una sugerencia: Arthur Laffer dibujó esta curva en una servilleta, en una cena con  Dick Cheney, jefe de Gabinete del entonces presidente Gerald Ford. Hoy la servilleta está depositada en una vitrina en el Bookings Institution, en Washington. ¿Merecería la pena que algún responsable económico del Gobierno fuera a Washington a verla, le hiciera una foto y se la trajera a sus compañeros de gabinete?

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