No siempre las claves de la dirección de empresas están en los MBA o en importantes artículos publicados en revistas científicas de prestigio. El niño que protagoniza el video que adjuntamos nos da una idea cabal de lo que debe ser la innovación en la empresa.
Las oportunidades están ahí, a la vista de todos, pero hay que saber mirar con ojos diferentes. ¿Para qué puede servir un charco?: según la mayoría para nada, excepto para estropear los zapatos. El niño, sin embargo, no da nada por supuesto. Quiere comprobar él mismo las posibilidades que puede ofrecer tan interesante situación. Pasa una vez y otra por el charco: despacio, deprisa, saltando, tomando carrera,… Cuando se convence de que aquello es divertido, pero no ofrece otras posibilidades, vuelve a lo suyo, a seguir tirando del perro, al día a día.
Por cierto si el perro, bien grande, decidiera emprender su propio camino el niño lo pasaría muy mal, el perro le arrastraría. Está claro que dirigir no es imponer, sino convencer, conseguir que los demás deseen hacer lo que el líder propone.
También hay que contar con la serenidad del perro, naturalmente, que espera a que el manager termine sus pruebas antes de retomar el camino. Es arriesgado dejar el día a día de la dirección mientras se estudian nuevos productos, servicios, o nuevos nichos de mercado que nos parecen interesantes, a menos que tengamos la seguridad de que la empresa no va a sufrir por estar sometida a esa búsqueda permanente de nuevas oportunidades. De lo contrario es mejor seguir con el ritmo lento y cansino de siempre.
Ma. de Lourdes García González
Excentes artículos. Saludos