Directores de comunicación

P.- Vengo observando una tendencia en algunas hermandades, y en el mismo Consejo de Hermandades y Cofradías de Sevilla, que me resulta excesiva. Me refiero al nombramiento de portavoces, directores de comunicación y de relaciones institucionales. A veces aparecen así nombrados en las Reglas o en los escritos oficiales de la hermandad ¿No le parece que eso es pasarse un poco? Toda la vida de Dios las cosas han sido mucho más sencillas.

R.- Como siempre ocurre en estos casos, hay que matizar. Antes de hablar de la conveniencia o inconveniencia de nombrar una persona, normalmente miembro de  la Junta de Gobierno,  como portavoz de la corporación, habría que hablar de la necesidad de que la hermandad tenga clara la importancia de una adecuada política de comunicación.

Hace algún tiempo la información sobre hermandades apenas ocupaba unas líneas en los medios cuando se acercaba la Semana Santa. Hoy todos mantienen secciones fijas durante el año. Esto, que puede parecer algo positivo, como manifestación del interés por las hermandades, tiene un peligro: que, falta de contenidos suficientes, esta información se deslice primero hacia lo anecdótico y luego a lo truculento. A esto se suman las redes sociales que han provocado una verdadera mutación antropológica en los procesos de comunicación.


Es el momento de tomarse en serio el tema de la  comunicación en las hermandades y tratarla  con criterios profesionales, es decir, con conocimientos, rigor y eficacia.


La hermandad no debe aspirar  a “salir en los medios” sin  más, sino a que la información y la imagen que ofrece una Hermandad refuerce la imagen que la Hermandad quiere dar de sí misma. Eso no surge espontáneamente, supone definir la identidad de la Hermandad, el conjunto de rasgos propios que la definen,  preocuparse de transmitir esa identidad y conseguir además que la imagen percibida por los demás coincida con nuestra imagen real.

Los cultos, la cofradía, los criterios de funcionamiento interno, las acciones de caridad, el rigor contable, el trato a los hermanos, por supuesto el Boletín y muchas cosas más, todo eso es comunicación y transmite un estilo de hermandad que la posiciona  en la sociedad. Lo demás, el trato con los medios, viene después.

Los integrantes de la Junta de Gobierno, no digamos el Hermano Mayor,  deben saber que son la imagen permanente de la hermandad. Que su comportamiento dentro y fuera de la misma, la forma de relacionarse con las demás hermandades,  sus manifestaciones en las redes sociales, incluso su vida personal y profesional repercute, positiva o negativamente, en la imagen de la hermandad.

¿Y todo eso quién lo hace?, la voz y la imagen de la hermandad han  de ser fundamentalmente las del Hermano Mayor. Podrá estar ayudado por las personas de su Junta, o ajenas a ella, que estime conveniente; pero la persona de referencia, el único portavoz de la Hermandad,  siempre ha de ser el Hermano Mayor, así lo definen las Reglas, al otorgarle la representación de la misma.  Las funciones son delegables, la responsabilidad no.

La figura del responsable de comunicación, si la hubiera, es auxiliar. Su función sería la de identificar los rasgos diferenciales de su hermandad, potenciarlos y tratar de que sean reconocibles en su entorno; pero no crear una nueva realidad. Uno no puede comunicar lo que no es.

La comunicación no es conjunto de técnicas, es la manifestación externa de valores y actitudes, preocupación por la mejora personal de los hermanos. No es espontánea, hay que crearla. Supone afinar el modelo cultural y ético de la hermandad. Una hermandad privada de su templo, sus enseres, incluso de sus titulares, puede sobrevivir, hay muchos ejemplos; privada de su cultura no. Es la cultura, no los enseres la fuerza motriz de la historia y de la pervivencia de una hermandad.

Insisto, no sé si es necesario nombrar un Director de Comunicación o un portavoz, lo que sí es fundamental es cuidar, hacia dentro y hacia fuera, la imagen de la hermandad su estilo y su cultura. Ésa es responsabilidad de la Junta de Gobierno con su Hermano Mayor al frente.

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