EL DÍA DESPUÉS

       votos en codigo binarioSe ha repetido hasta la saciedad que las hermandades vertebran la sociedad civil. Esta afirmación se basa en dos ideas. Las hermandades, cada hermandad, no es patrimonio exclusivo de los hermanos, la devoción a sus titulares no se limita a los hermanos, se extiende mucho más allá. La otra idea es que la  comunión de los santos,  la unión de todos los fieles en Cristo, hace que las actuaciones de los hermanos y las corporativas de la hermandad repercutan en cada uno de los miembros de la Iglesia, hermanos o no, y de la sociedad.

Estos planteamientos  se amplifican en hermandades influyentes, como la Macarena o el Gran Poder, por lo que, de una u otra forma, todos nos sentimos concernidos por sus decisiones, especialmente las que se refieren a su misión. Estas reflejan no sólo el sentir de la hermandad,  sino de la sociedad en la que se inserta.

Las elecciones que acaban de celebrarse  en la Hermandad de la Macarena han sido muy interesantes para todos porque, más allá de los nombres que  encabezaban cada candidatura,  en ellas se  proponían a los hermanos dos modelos muy distintos de hermandad, ambos perfectamente legítimos y que además fueron expuestos con total claridad, sin ambages, por  cada  candidato. De una parte un modelo que podríamos llamar tradicional, en el que priman las formas sobre el fondo, buscando así la seguridad inmediata, sin asumir riesgos. Una de las consecuencias de esta propuesta,  seguramente no buscada por el candidato, es la necesidad de afirmar su identidad frente a los otros.

El otro modelo proponía ir ajustando procedimientos para ser permanentemente fiel a los fines de la hermandad, en un proceso de fidelidad dinámica, incorporando estilos propios de cualquier organización de personas,  sean estas hermandades, asociaciones, empresas o centros culturales.  Asumiendo riesgos.

Con un nivel de participación razonablemente alto para lo que viene a ser habitual en este tipo de elecciones, en torno al 32%, la opción elegida  ha sido esta segunda, con un gran apoyo (64,5%) que casi ha doblado a la otra propuesta (33,7%).

La conclusión más inmediata es que la sociedad, de la que forman parte los hermanos electores, está reaccionando y no se moviliza sólo por impulsos y sentimientos,  sino por el análisis ponderado de la realidad; que los sentimientos no son suficientes para sostener un esquema de valores, también son precisas  la inteligencia y la voluntad; que las hermandades no son refugio, sino puntas de lanza en la mejora de la sociedad.

En las películas sobre la conquista del Oeste se distinguen tres modelos: los exploradores, que se arriesgan al descubrimiento de nuevos horizontes  (alguno perdió la cabellera) ; los pioneros, que comienzan a asentarse en los nuevos territorios y los colonos, que se instalan definitivamente en esos escenarios.

¿Y ahora qué? Es bueno que periódicamente las organizaciones reflexionen sobre sí mismas, analicen la situación y decidan el camino a seguir. Ahora lo que toca es mano tendida, en la sociedad y en las hermandades, que no significa renunciar a las propias convicciones, sino ser magnánimos y esforzarse, si fuera necesario, en desterrar  el “síndrome de Procusto”, que lleva a quien lo padece al rechazo hacia las personas que sobresalen, es decir, a la incapacidad para aceptar las virtudes de otros.

Ya que hablamos del Oeste, viene a cuento recordar la excelente película “Bailando con Lobos”. Al principio la relación entre Dumbar (Kevin Costner)  y Pájaro Guía (Graham Green) estaba construida con  prejuicios y desconfianza, pero poco a poco se transformó en respeto y admiración mutuos.

 

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